martes, 26 de abril de 2016

Psicomotricidad con Francis


LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ AUCOUTURIER (PPA)

Nos quitamos las zapatillas
La práctica psicomotriz educativa y preventiva acompaña las actividades lúdicas de los niños y las niñas; está concebida como un itinerario de maduración que favorece el paso “del placer de hacer al placer de pensar” y proporciona seguridad frente a las angustias.

Los objetivos de esta práctica se pueden resumir en: 

· Favorecer el desarrollo de la función simbólica (de la capacidad de representación) a partir del placer de la acción y el juego; 

· Favorecer el desarrollo de procesos de protección y tranquilidad frente a las angustias de pérdida por medio del placer de la acción; 

· Favorecer el desarrollo del proceso de descentración tónica y emocional, indispensable para acceder al pensamiento operatorio y al placer de pensar. 


Para poder alcanzar estos objetivos se crean dos dispositivos espaciales en la sala de psicomotricidad:

El dispositivo espacial formado por dos espacios diferenciados: 

-El espacio de la expresividad motriz con un material apropiado para vivir los juegos de segurización profunda: de destrucción, de placer sensoriomotor (trepar, saltar en profundidad, caer, rodar, balancearse...), taparse, esconderse, de persecución, de identificación con el agresor (el juego del lobo), y también los juegos de segurización superficial: juegos de identificación parental o de identificación con personajes imaginarios (de los dibujos animados) o de la vida social artistas, deportistas…


-El espacio de la expresividad plástica y gráfica. En este lugar los niños y las niñas pueden construir o dibujar libremente. En este espacio el psicomotricista aporta los materiales necesarios para la construcción, distribuye las hojas o los lápices y sobre todo facilita que cada niño/a hable de la historia del dibujo o de la construcción que está haciendo en lugar de que al final diga solamente qué ha construido o qué ha dibujado.

El dispositivo temporal. 
En un momento de la sesión se invita al grupo a pasar del espacio de la expresividad motriz al de la expresividad plástica y gráfica. Este paso favorece el desarrollo de diferentes niveles de simbolización desde la vía corporal hasta el lenguaje. Es un recorrido que ayuda a la distanciación emocional ya que las emociones se van integrando en las imágenes mentales en el proceso de descentración tónico emocional.

El dispositivo temporal incluye un tiempo para la historia (cuento) que se narra a los/as niños/as después de la expresividad motriz y antes de la expresividad plástica y gráfica.


La historia es un juego dramático de confianza y defensa, frente a la angustia de ser destruido/a o abandonado/a. Una historia que estimule internamente las emociones y que asegure frente a las angustias por medio del lenguaje. El/la psicomotricista ha de saber emocionar al grupo, segurizándolo a la vez, antes de pasar con más motivación a la construcción o al dibujo.

Nos relajamos después del cuento.
El conjunto de la sesión de práctica psicomotriz educativa se completa y se enmarca con un ritual de entrada, al inicio, en el que la psicomotricista acoge a los/as niños/as, recuerda las consignas de funcionamiento: la sala es para jugar y en ella no se puede hacer (ni hacerse) daño, un periodo de relajación después del cuento y con un ritual de salida que cierra la sesión.
Nos volvemos a poner las zapatillas ¡Nos vamos a clase!
¡En la sala de psico con Francis nos lo pasamos GENIAL!